viernes, 12 de diciembre de 2008

Mi aventura de ser docente

Mi aventura de ser docente inició hace trece años, esta es una profesión a la que se puede llegar porque es parte del proyecto de vida o porque las circunstancias lo traen a uno a esta labor.
En mi caso fué la segunda opción, y los primeros años fué muy difícil, ya que nadie te dice cómo debe llevarse a cabo el desarrollo de una clase, el manejo de grupos, la disciplina, etc.
Con el paso del tiempo y comprobando lo que funciona y lo que no, comenzamos a forjar un estilo de enseñanza más nuestro, apoyado en las experiencias de los que saben, pero agregando la nuestra, que aunque es poca, le dara ese mencionado toque personal.
Con el paso del tiempo y al volver la vista atrás, una forma de comprobar si esa labor docente ha sido fructífera, es el reencuentro con aquellos primeros alumnos, que se acuerdan de tí y de los detalles en clase que a veces haz empezado a perder al caer un poco en rutina, sus comentarios son refrescantes y te hacen recuperar ese espíritu idealista pero ahora ya enfrentado a la realidad.
En lo personal, la docencia me ha dejado muchas satisfacciones, la mayoría de ellas de tipo emocional y profesional, esta labor es muy sacrificada y si no lo hace uno por gusto no sirve de nada, es decir, nada es más importante que nuestros alumnos, ya que no estamos trabajando con máquinas o con dinero, estamos formando ( o deformando según sea el caso) Personas. Alguien me dijo "Los errores del abogado van a dar a la cárcel, los errores del médico se van a la tumba, pero los errores del maestro, siguen ahí y corren el riesgo de multiplicarse".
Compañeros docentes, tenemos un gran peso en nuestros hombros, pero lo llevamos con gusto.
Saludos.

1 comentario:

  1. Hola Neftalí:
    Efectivamente, nuestra labor es de gran sacrificio y se debe aceptar con agrado, porque de no hacerlo, tu ya lo dijiste, crea una cadena de inconformidad y posiblemente, algo interminable, por eso, y a pesar de los problemas por los que luego nos enfrentamos, no debemos de cejar en nuestro intento.
    Saludos.

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